Alfonso Rafael Pérez Díaz, un obrero de 70 años, sufrió un grave accidente durante la construcción del mercado público de San Antero, lo que ha cambiado drásticamente su vida
Según la denuncia, Pérez Díaz fue contratado por el Consorcio San Juan para trabajar en la obra, pero no fue afiliado al sistema de seguridad social.
El accidente ocurrió el 2 de julio, cuando Pérez Díaz se encontraba en el tercer piso de la construcción. Una de las láminas que lo sostenía se desplomó, provocando su caída al segundo piso y causándole múltiples lesiones, incluyendo:
Fractura del fémur
Fractura del antebrazo
Fractura de una vértebra torácica
Contusión en la cadera
Debido a estas lesiones, Alfonso ha perdido completamente la movilidad y depende de tres personas para realizar actividades básicas como moverse, bañarse y alimentarse.
Pérez Díaz ha denunciado que el consorcio incumplió con las medidas de seguridad necesarias para su trabajo. Un informe de los Bomberos que atendieron la emergencia confirmó que no contaba con los permisos adecuados para trabajar en alturas ni con los implementos necesarios para prevenir caídas.
Tras el accidente, una ingeniera del proyecto intentó que firmara un documento; al negarse, le suspendieron el sueldo. Aunque se comunicaron con él para conciliar, hasta ahora no ha recibido ningún apoyo médico ni ingresos desde el incidente. “Hasta diciembre de 2024 no he recibido ni siquiera una visita o ayuda económica. El desamparo es total”, expresó Alfonso.
Alfonso Pérez Díaz hace un llamado urgente a las instituciones competentes para que intervengan e investiguen las irregularidades en su caso. Exige que se le garantice el acceso a los derechos que le han sido negados tras su accidente laboral.
Este caso pone de relieve la importancia de la protección social y las medidas de seguridad en el trabajo, especialmente para los trabajadores más vulnerables como los adultos mayores.
